Atado por los pies comienzan a soltarse los hilos que me impiden andar. Poquito a poco voy buscando mi casa, la casita donde sentir el calor del hogar, sentir que se me quiere. Una acaricia, un te quiero, una mirada que mueva el mundo y nos de la vuelta al completo. Hoy siento que los hilos se van aflojando y la circulación de mi cuerpo fluye con fuerza. La casita del ratoncito Pérez es mi hogar donde me escondo para aislarme de los idiotas que de sensibilidad nunca aprendieron.
foto:AHZ. gracias Silvia y Fele por este hogar.
Me ha encantado el texto. Espero que deslíes todo lo que te impide (impedía) ser feliz. un abrazo
ResponderEliminarGracias por tus palabras Ana. Me alegro que te guste y comienzo a sentir de nuevo mi felicidad!!. besoss
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